viernes, 24 de mayo de 2013

BAILO POR DENTRO


Bailo por dentro es un buen ejemplo de cómo debería afrontar la vida un discapacitado; pero, a la vez, es una recopilación de las dificultades con las que se puede encontrar un discapacitado en la actualidad. Además, sirve también como ejemplo de las limitaciones a las que la misma sociedad somete a los discapacitados. Y es que en este film de 2004 se reflejan a la perfección las vidas de dos discapacitados, sus limitaciones (necesitan ayuda en muchas de las actividades diarias) y sus habilidades (fijémonos en cómo redacta Michael el discurso que leerá ante el tribunal para conseguir la concesión de la independencia para Rory). También muestra dos maneras radicalmente opuestas de vivir con una discapacidad: Michael, siempre conforme con lo que Eileen quiere para él, vive lo que otros quieren que viva, sin nadie que se preocupe por su verdadero bienestar, ni tan sólo un familiar, relegado a la etiqueta de “imposible de entender”; Rory, en cambio, es visitado por su padre, que intenta que él, a pesar de las travesuras que pueda hacer para vivir al máximo la vida, esté lo mejor posible hasta que llegue el momento de la muerte (temprana por el síndrome de Duchenne).

Además, en la película observamos cómo lo imposible se va haciendo posible, cómo ese camino de búsqueda de la independencia lleva a una meta: conseguir una vivienda habilitada; vemos cómo alguien como Michael “imposible de entender” y con el “cerebro paralizado” se convierte una persona entendida por aquellas que le dedican el tiempo necesario y muestra tener un cerebro muy activo (encuentra fácilmente la solución para conseguirle la independencia a Rory) y una mente llena de sentido del humor (por ejemplo cuando engaña a los porteros de la discoteca), de inquietudes (le gustaría estudiar Medicina), de retos (pasa de que le limpien los dientes a intentarlo él solo y conseguirlo), de ayuda para los demás (en varias ocasiones le ofrece su ayuda a Rory)… 

En definitiva se muestra cómo un discapacitado no es menos que nadie, sino que son igualmente personas que se enamoran, se excitan, quieren divertirse, quieren tener experiencias…; simplemente necesitan ayuda específica en algunas actividades diarias. Ésta es quizás la parte más dura de la historia, sobre todo en el caso de Rory que, conforme va avanzando la distrofia y se van acelerando las complicaciones, necesita más ayuda en su vida diaria. Para ello, está Siobhan, que no tiene en cuenta sus discapacidades sino, precisamente las capacidades de cada uno de ellos, que les hace entrar en razón cuando no entienden alguna situación, que les trata como a cualquiera de sus amigos, y que trabaja para ellos con las mismas normas que en cualquier otro trabajo, sin tener pena, sin lamentaciones, sin sobreprotección, sin más ayuda que la que realmente necesitan. 

Quizás esta parte es la que se debería aplicar al ámbito educativo: si queremos una escuela para todos, los discapacitados caben en ella; ¿por qué relegarlos a escuelas específicas en las que, quizás, se les sobreprotege y se les aísla si son muy capaces para muchas cosas? ¿Por qué no dejar que muestren ante todos lo que son capaces (y no incapaces)de hacer y de llegar a conseguir?

Dreamers... :)

1 comentario:

Un blog dedicado a enriquecer los procesos educativos a partir de diferentes aportes del cine, la multiculturalidad, dirigido a la comunidad en general para brindar un espacio de debate, crecimiento y enriquecimiento del quehacer educativo.